MITOS del fitness

MITOS del fitness

El ejercicio tiene que doler para que funcione. Que el esfuerzo es necesario, lo sabemos. Que hay que salir de nuestra zona de confort si queremos progresar lo tenemos clarísimo. Pero tampoco que tengas que salir arrastrándote de la sala de entrenamiento y que al día siguiente no puedas ni levantarte; significa que en el momento en el que estás entrenando debes concentrarte y sentir que el músculo está trabajando y duele. Por otro lado, aunque salgas baldado de entrenar, sin una alimentación y descanso adecuados, olvídate de progresar. Entrenar más, sin dejar descansar al cuerpo, o utilizar pesos más altos de los que te corresponden con la esperanza de que eso te ayude a progresar más rápidamente es totalmente erróneo. Lo más seguro es que, si no descansamos de forma adecuada, lleguemos a un estado de sobreentrenamiento donde es seguro que el progreso se ve inhibido. Por eso es tan importante realizar una buena planificación de nuestro entrenamiento: "no brain, no gain" o entrena con cabeza.

Para adelgazar tengo que hacer solo cardio. Esta también es una falsa creencia que tenemos que eliminar desde ya mismo porque, cualquier persona que quiera bajar de peso, deberá combinar los ejercicios cardiovasculares con ejercicios de fuerza para lograr tonificación y evitar la flacidez. Para tonificar haz 15 o 20 repeticiones en 4 series 30s descanso y ya irás atacando la grasa localizada que se almacena en los brazo, abdomen…

Mientras mas sudo mas grasa pierdo. La sudoración es un mecanismo de nuestro cuerpo mediante la cual el organismo regula su temperatura. Cuando hacemos ejercicio la temperatura de nuestro cuerpo aumenta y con el sudor perdemos líquidos, no grasa corporal. Así es que una cosa es quemar grasa y otra perder peso. Y sí, lo segundo sí se consigue a través de la sudoración, pero no es una pérdida real, puesto que se debe a la falta de hidratación. Cuando volvemos a reponer líquidos (bebiendo agua), recuperamos de nuevo el peso perdido.

El mejor momento para realizar ejercicio es en las mañanas. El mejor momento para hacer ejercicio es aquel en el cual se pueda realizar de forma consciente y pueda convertirse en un hábito. Es indiferente el momento del día, ya sea mañana, tarde o noche. La mañana es una buena hora para hacer ejercicio, pero depende del reloj biológico de cada persona. Va en relación con las fases de luz y oscuridad, con las estaciones del año y con las características de cada persona. Eso sí, a partir de las nueve o diez de la noche tampoco sería muy recomendable hacer ejercicio, sobre todo de alta intensidad, porque puede afectar al ritmo del sueño y retrasar la necesidad de dormir. Provocaría que al día siguiente estés más cansado y fatigado.

Soy mujer y si entreno pesado voy a parecer hombre. Nada más lejos de la realidad. Nuestra genética no nos lo permitirá, y entrenar pesado solo modifican levemente la musculatura. Una mayor masa muscular reduce el riesgo de diabetes, y de enfermedades cardiovasculares, entre otras ventajas y acelera el metabolismo basal, el que ayuda a quemar calorías mientras se descansa.

Comer inmediatamente después de entrenar para reponer. Depende de lo que hayas comido antes y de cómo haya sido la ruta o el entrenamiento. Una dieta equilibrada, con alimentos saludables, es base suficiente para realizar ejercicio a diario durante 1-2 horas a intensidad suave o moderada. Si la salida no ha sido larga ni muy intensa, no necesitas tomar un batido inmediatamente para recuperarte. Si has comido antes de salir, no has agotado tus reservas de glucógeno.  Si la salida ha sido larga o el entrenamiento ha sido intenso, si es recomendable darle al cuerpo comida y/o bebida, pero si no lo haces inmediatamente no pasa nada, tu recuperación no va a ser peor. La ventana anabólica no dura 30 min, dura horas.